Con 173 metros de altura y ubicada frente al mar, la montaña de Montjuïc es uno de los lugares más bonitos de Barcelona. La mayoría de turistas se ven atraídos por la gran variedad de museos, jardines, miradores, instalaciones deportivas y atracciones turísticas. Aaunque no siempre fue así, y es que durante muchas décadas, la ciudad y sus habitantes le dieron la espalda. El origen de este recelo se remonta a cuando la ciudad de Barcelona fue bombardeada desde el Castillo de Montjuïc.
Con motivo de la Exposición Internacional de 1929 la situación de la montaña dio un cambio radical, realizándose la gran mayoría de actuaciones urbanísticas y paisajísticas de las que se pueden disfrutar actualmente, dando lugar a lo que se conoce actualmente como Parque de Montjuïc.
Años más tarde y con motivo de los Juegos Olímpicos del 1992, las infraestructuras y jardines que se encontraban en peor estado, fueron renovados, lo que supuso un nuevo revulsivo para la montaña, y que a día de hoy se mantiene.
Se recomienda, siempre que el tiempo lo permita, dedicarle un día entero al Parque de Montjuïc. En función de los gustos de cada uno, puede dedicar más tiempo a las visitas culturales o a centrar el día en disfrutar de los miradores o de los tranquilos paseos por sus numerosos jardines, algo que resulta recomendable, sobre todo en los meses de primavera y verano.