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Casa Batlló

By 10 febrero, 2025Design, Destinos, Turismo

La Casa Batlló es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí en la ciudad.

La Casa Batlló es un edificio obra del arquitecto Antoni Gaudí, máximo representante del modernismo catalán. Se trata de una remodelación integral de un edificio previamente existente en el solar, obra de Emilio Sala Cortés. Está situado en el número 43 del paseo de Gracia de Barcelona, la ancha avenida que atraviesa el distrito del Ensanche (Eixample), en la llamada Manzana de la discordia, porque alberga además de este edificio otras obras de arquitectos modernistas: la Casa Amatller, que colinda con la de Gaudí, obra de Josep Puig i Cadafalch; la Casa Lleó Morera, obra de Lluís Domènech i Montaner; la Casa Mulleras, de Enric Sagnier; y la Casa Josefina Bonet, de Marceliano Coquillat. La construcción se realizó entre los años 1904 y 1906.

El edificio se ubicaba en pleno Ensanche de Barcelona, proyectado por Ildefonso Cerdá y aprobado en 1859, con un sistema reticular de manzanas de viviendas con los ángulos recortados, con la previsión de edificar por dos lados y dedicar el resto a jardines, punto este último que finalmente no se llevó a cabo. Con el Ensanche, el paseo de Gracia se convirtió en una de las principales arterias de la ciudad, por lo que fue elegido por la burguesía catalana para fijar sus residencias, gracias a lo cual esta vía creció rápidamente y se convirtió en un hervidero constructivo donde desarrollaron su labor los mejores arquitectos de Barcelona. Cabe resaltar que en el mismo paseo de Gracia había efectuado Gaudí anteriormente otras dos intervenciones hoy desaparecidas: la Farmacia Gibert (1879) y la decoración del bar Torino (1902); y posteriormente construyó en la misma avenida la Casa Milà (1906-1912)

El resultado es una arquitectura que combina en la Casa Batlló de Gaudí sorprendentes formas e intensos colores que producen una grata sensación de movimiento. Al ser Gaudí un gran estudioso de la naturaleza, combinó materiales como la piedra, el vidrio, la cerámica y el hierro para que, cuando el sol incidiera sobre la superficie de la fachada de la Casa Batlló, se pudiera conseguir un cálido y poético juego de luces y sombras. Como en otras obras del arquitecto catalán, la fachada de la casa ha sido interpretada de diferentes maneras.

Para unos, se asemeja al suave oleaje del mar Mediterráneo o a la montaña de Montserrat. Otros se animan a afirmar que es una alegoría del carnaval. Hay quien sólo la conoce con el apelativo de casa de los huesos, por la forma ósea de los vanos y las columnas de la tribuna. Pero, sin duda, una de las interpretaciones más cercanas es la que vincula esta fachada con el arte impresionista, comparándola con la obra de Claude Monet y las pinturas de nenúfares en el estanque.

Una vez dentro de la Casa Batlló, el vestíbulo comunitario, de formas suaves y tonos azules, organiza y distribuye la circulación hacia las distintas viviendas del edificio a través de escaleras diferenciadas, una privada para los propietarios y otra para los inquilinos.

De planta rectangular, este espacio de techos curvos y aspecto similar a una gruta comunica directamente con el vestíbulo privado del piso principal y alberga la garita del portero y algunos trasteros. Desde aquí nace la escalera de vecinos, destinada al uso de los inquilinos y del personal de servicio de la familia Batlló.